Calzado respetuoso en Invierno y Verano: ¿Qué cambia?
El concepto "respetuoso" (suela plana, puntera ancha, flexibilidad) debe mantenerse los 365 días del año. Sin embargo, los materiales y el diseño cambian radicalmente para adaptarse al clima. En Carrilé te enseñamos a elegir el modelo correcto sin sacrificar la salud del pie.
Verano: Transpiración y Sujeción
Con el calor, el pie del bebé se dilata y suda más. El reto es encontrar un zapato fresco que sujete bien el pie. Evita a toda costa las chanclas de dedo o zuecos sueltos: obligan al bebé a encoger los dedos ("efecto garra") para no perder el zapato, alterando su pisada.
Las mejores opciones para el calor:
- Sandalias con talón sujeto: La tira trasera o el talón cerrado (pero blando) son vitales. Marcas como Ria Menorca o las sandalias de Carrile o Garvalín ofrecen esa sujeción suave.
- Cangrejeras de Agua: Para playa y piscina, nada supera a Igor. Sus modelos son anchos, de secado rápido y protegen los dedos de piedras o resbalones.
- Lonas lavables: El algodón orgánico es el rey de la transpiración para el día a día.
Invierno: Abrigo sin Rigidez
El error más común en invierno es comprar botas tipo "montaña" que son pesadas y rígidas como piedras. Un bebé no puede arrastrar peso en los pies.
Características de una bota respetuosa de invierno:
- Suela Fina: Aunque aísle del frío, la suela no debe superar los 4-5mm.
- Forros Naturales: Busca interiores de lana o piel que regulen la temperatura sin añadir grosor excesivo.
- Impermeabilidad Flexible: Modelos como los de Naturino o Primigi utilizan tratamientos técnicos que repelen el agua manteniendo la flexibilidad de la piel.
El gran olvidado: El Calcetín
De nada sirve comprar un zapato respetuoso con puntera ancha si luego le pones al bebé un calcetín ajustado que le comprime los dedos. Asegúrate de que los calcetines sean de algodón, sin costuras gruesas en la punta y que no aprieten el tobillo. El "efecto barefoot" empieza en la piel.






