¿Cuándo poner los primeros zapatos? Guía de gateo y primeros pasos
Es la pregunta del millón en nuestra zapatería: "Mi bebé ya se pone de pie, ¿necesita zapatos?" ''¿Cuándo poner los primeros zapatos?. En Carrilé, nuestra respuesta técnica siempre es la misma: no hay una regla de oro, si no cuando el bebé lo necesite.
El pie del bebé es un órgano sensorial. Necesita tocar, sentir texturas y recibir estímulos del suelo para desarrollar su equilibrio y formar el arco plantar. Poner un zapato antes de tiempo es como ponerle guantes en las manos: le quitas sensibilidad. Sin embargo, hay un momento en que la protección es necesaria. Aquí te explicamos cómo diferenciar las etapas.
La Regla de Oro: En casa, siempre descalzos
Antes de hablar de zapatos, recuerda esto: en un entorno seguro y controlado (como el salón de casa), lo mejor para tu hijo es ir descalzo, con calcetines antideslizantes o con zapatillas de casa respetuosas como las de Igor. Esto fortalece la musculatura intrínseca del pie y el tobillo.
Fase 1: El Gateo y los "Levantamientos"
Cuando el bebé empieza a gatear y a impulsarse para ponerse de pie agarrado a los muebles, el pie todavía no necesita soporte, solo necesita protección contra el roce y el frío si sale al exterior.
- Qué buscar: Calzado "blandito" con suela mínima (2-3mm) o de piel vuelta.
- El detalle técnico: La puntera debe estar reforzada (como en la línea Bioevolution de Biomecanics o modelos específicos de Garvalín) para resistir el arrastre sin frenar al bebé.
Fase 2: La Marcha Adquirida (Primeros Pasos en la calle)
Hablamos de "primeros pasos" reales cuando el niño ya camina solo, sin apoyos, en la calle o el parque. Aquí el suelo es irregular y puede haber objetos cortantes. Es el momento del calzado respetuoso de suela completa.
- Suela: Debe ser de goma antideslizante pero seguir siendo totalmente flexible (Zero Drop).
- Ajuste: El velcro es fundamental para asegurar el empeine y evitar que el pie "baile" dentro del zapato, lo que provocaría inestabilidad.
El error común: La "bota" para sujetar el tobillo
Antiguamente se creía que el niño necesitaba una bota rígida para "aprender a andar". Hoy, la evidencia podológica demuestra que es un error. Ferulizar el tobillo impide que los ligamentos trabajen. El zapato debe acompañar el movimiento, nunca limitarlo. Aunque en Carrilé, también contamos con diseños de botas para bebé para primeros pasos, que protegen esa zona del tobillo pero dejando libre el moviento, gracias a sus pieles blandas y suaves.





